En la penumbra acechaba,
alas de cuervo que me abrazaban,
volcanes de furias desatadas,
ríos de sangre manchada.
Creí tener el sol entre mis dedos,
pensé estar bañada de esperanza,
pero solo la fría muerte,
detrás de mi caminaba.
Sueños rotos como cristales,
amores desprovistos de palabras,
corazones desolados
por una oscura mirada.
Alas de ángel quisiera,
volar al cielo si pudiera,
mecer mi alma en las estrellas,
y cantar a la Luna sin tristezas.
Un beso dado al aire,
sin recibirlo nadie,
un grito que ahoga mi alma,
para buscar la calma.
Elemento sorpresa en mi vida,
empañado de melancolía,
muros que cubren mi cuerpo,
sin dejar entrar el viento.
Enterrada entre arena y raíces,
sin dejar que me acaricies,
balada soplada al cielo,
llevando a mi espíritu sincero.
El final a llegado,
con mi suplicio ha terminado,
ya no habrá mas trampas,
para mi alma descarriada.
Y en mi lapida acabada,
unas palabras grabadas:
"Una muerte desdichada,
para una mujer desarmada,
ni nombre ni apellido,
ni el adiós de un amigo."
Para siempre recordada,
por gente que no la amaba,
remordimiento en sus corazones,
por culpa de sus acciones.
El final esta escrito,
y sin mas me retiro,
a la apartada orilla,
de esta vida maldita.
